Oportunidad.


La mujer de Lot no tuvo la oportunidad de mirar atrás y después volverse.

Hoy mismo he tenido al menos tres ocasiones en las que he echado la vista atrás, y me he vuelto. No ha habido fuego, ni sal. Hago propias las palabras del rey David, "¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria?. No he sido valiente, ni siquiera supe confiar en Ti.



Las historias como la de Lot y su familia me muestran a un Dios justo, que aborrece el pecado pero ama la verdad.
A veces pienso que un rayo va a caer del cielo y me va a fulminar (demasiados dibujos, o no, está por ver). No creo ser más obediente que la mujer de Lot, ni que Jonás, y a veces creo que podría llegar a ensuciar mis manos como Pilatos.

Tres veces. Tres veces fue las que negó Pedro a su amigo. Y después le dio un propósito solo a la altura de muy pocos, de un amigo.
Tres días le bastaron para darme una esperanza eterna. Y yo estoy aquí andándome con tonterías. Ni tres minutos más quiero perder en la oscuridad, porque sé, que al otro lado de la puerta, solo a un paso más del umbral donde aún noto el calor del fuego y el olor a sal una luz calienta mi rostro e ilumina una senda. Y limpiaré mis manos con agua, pero no cualquier agua.




Publicado en Facebook 25 de Octubre de 2013

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