Carta de amor.

Esto es una carta de amor.

El tiempo pasa, es algo inevitable. Pasan los días, las semanas, los meses, se caen las hojas de los árboles y después vuelven a salir. Los niños van creciendo dejando de ser tan traviesos y empiezan a ser un poco menos traviesos. Dejan de jugar a la pelota para convertir lo que antes era juego en afición, pasión, fervor. El tiempo pasa, es algo inevitable. Y con él llegan las sonrisas cómplices, los roces apenas sin querer, las mariposas en el estómago.

Encima de su cama están los peluches que antes abrazaba. En el armario, guardadas en un caja, las muñecas con las que jugaba. Ahora se mira al espejo y se arregla el pelo, se pinta los ojos. Para ella todo llega antes, de repente es una preciosa jovencita, que digo, una mujer.
El tiempo pasa, y que importa, porque esto es un carta de amor.

La primavera llegó otro año más, y dos días después ellos deciden unir sus vidas, unirlas para siempre. Hoy sus vidas dejan de ser dos para ser una. Uno y una no son dos, uno y una es lo que es. Florece una nueva vida, la suya. Y claro que llegará el verano y habrá que regarla un poco más para que no se seque; Y cuando venga el otoño caerán algunas hojas pero se recogerán; Y el invierno será frío pero habrá calor en su hogar. Porque el tiempo pasa, por que evitarlo.

Y así, cuando os veáis años después cogidos de la mano, con algunas marcas que el tiempo te deja en la piel, esas huellas que no borra el mar, recordaros así, en este momento de esta primavera, recogidos en vuestros brazos, amparados bajo Su eterna protección.
El tiempo pasa, pero la palabra de Dios permanece para siempre. Es algo inevitable, porque es una carta de amor, de vuestro amor.

Para Jose Pablo Blazquez y Sara Mínguez, con mucho cariño.

Ángel.




Publicado en Facebook 22 de Marzo de 2014

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