Aprendiendo.

Durante los últimos doce meses he aprendido muchas cosas. Y muchas de valor.
Aprendí que uno no es dueño del tiempo. Tan solo hago uso de él, pero no soy yo quien lo controla.
Entendí que soy un privilegiado por vivir el tiempo que me ha tocado vivir; Y que a pesar de la situación de crisis que estamos atravesando (se atraviesa algo cuando se entra por un lado y se sale por otro), las luchas, las pequeñas batallas, y las no tan pequeñas, siguen retándome a no confiar en mis propias fuerzas sino ser vencedor a través de la sangre de Jesús.
Un día fui consciente que lo que ahora disfruto, mañana puede reclamarlo el verdadero dueño. Que las flores que hay en mi jardín, esas que riego e intento poner al sol, siempre Su sol, pueden ser trasplantadas por el jardinero Santo para plantarlas en Su huerto.
Ahora sé que hay cosas demasiado importantes como para perder el tiempo en ñoñerías o postureos.

Hoy he recordado que en estos doce meses no he estado solo, ningún día, ni una hora. Llevo compañía. Inmejorable, pues es ayuda idónea; que grande es Dios, no deja ningún cabo suelto.

"Uno solo puede ser vencido, pero dos podrán resistir. Y además, la cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente".(Eclesiastés 4:12 DHH)




Publicado en Facebook 7 de Septiembre de 2013

Comentarios

Entradas populares