Instrucciones para el camino.
Un día le pedí a Dios instrucciones para vivir.
Al acercar su voz a mi oído me susurró con dulzura:
Al acercar su voz a mi oído me susurró con dulzura:
- Sé como el sol: levántate temprano y no te acuestes tarde.
- Sé como la luna: brilla en la oscuridad, pero sométete a la luz mayor.
- Sé como los pájaros: come, canta, bebe y vuela.
- Sé como las flores: enamoradas del sol, pero fieles a sus raíces.
- Sé como la fruta: atractiva por fuera y saludable por dentro.
- Sé como el día: que llega y se retira sin alardes.
- Sé como el oasis: da tu agua al sediento.
- Sé como la luciérnaga: aunque pequeña emite su propia luz.
- Sé como el agua: buena, transparente y sin pretensiones de sabor.
- Sé como el río: siempre hacia adelante.
Y por sobre todas las cosas...
Sé como el cielo: la morada de Dios.
Desperté del placentero sueño y de inmediato supe que tenía el antídoto para la ansiedad.
La hoja de ruta a la verdadera paz.
Todo es por gracia. J.L.N
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