Tan excepcional como el oro

El oro es uno de los metales más preciados. Sus propiedades, su resistencia, su brillo, y lo difícil que resulta encontrarlo en la naturaleza le otorgan gran valor. Hay quien dice que todo el oro de nuestro planeta provino de un choque entre estrellas que colisionaron a gran velocidad. Podríamos decir entonces que el oro no es de este planeta, que no es común entre otros metales, que su brillo es excepcional, y que toparse con él naturalmente entre nosotros es insólito. Tal vez por eso nosotros seguimos diciendo popularmente que no es oro todo lo que reluce.


A día de hoy no existen muchas cosas que tengan la durabilidad del oro. Todo es desechable, restituible, si algo no funciona se tira y se compra otro. Ya nadie compra muebles para que duren más de diez años. Pero en medio de todo esto sigue habiendo personas que invierten en cosas más duraderas, que arriesgan por que aquello que tienen dure, y dure para siempre. Algunos lo llaman reciclar. Pero el reciclaje implica la perspectiva de un segundo uso. Y hay realidades en nuestra vida que no son reciclables, porque fueron hechas con un solo propósito y mantener ese propósito vigente nos corresponde a cada uno. 


Humanamente le otorgamos la calificación de oro a aquello que tiene el mayor valor, como una medalla de oro; o a aquellos elementos que han durado mucho tiempo. Desconozco la durabilidad del oro, cuánto tiempo, qué elementos externos y en qué condiciones pueden hacerle variar su aspecto, su esencia. Tal vez 50 años no sea el tiempo para observar cambios en este metal estelar y medir la resistencia de sus cualidades. Pero 50 años sí son suficientes para saber lo que dos personas han trabajado y han invertido para que aquello que han construido juntos permanezca, dure, guarde su esencia.


Hoy, hace 50 años que mis padres por la ley se casaban. Y eso hoy sigue siendo tan excepcional como el oro. Tan poco común que merece ser apreciado y valorado cómo se debe. Porque si el oro provino de un choque entre estrellas, una vida común por 50 años choca frontalmente contra todas las perspectivas que humanamente le damos a aquello que vivimos, dándoles un tiempo  limitado. Tal vez después de 50 años que un matrimonio siga existiendo y guardando su esencia sea algo de otro planeta. Pues entonces por fin podemos decir que hay vida en otros planetas. Pues entonces ellos serán de otro planeta. Felicidades, a estos dos extraterrestres.


Para Jose y Mari, dos personas tan excepcionales como el oro, en su 50 aniversario.

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